Historias cortas inspiradas en casos reales sobre infidelidad. Alguna de estas podría ser la tuya o de algún conocido.
Ella sospechaba que había alguien más, no sabía realmente lo que estaba pasando, era cuestión de tiempo encontrar las evidencias que condenaran al traidor.
Pero su sorpresa fue mayor cuando el investigador privado que contrató le dijo que su pareja no tenía otra mujer, que sus encuentros eran con un apuesto comunicador
Sería un año apenas lo que tomaría terminar sus estudios en el exterior. Ambos sabían que el amor era más grande, esperar valía la pena. A su regreso, ella se enteró de que su amado no había sido capaz de cuidar el acuerdo, por lo que el juico fue implacable.
La condena no daba por terminada la relación, solo mantenía al infiel atado a unas pesadas cadenas de culpa que llevaba a todas partes, hasta que un día fueron liberadas, cuando ella reconoció, en una noche de copas, que también había sido infiel.
Se conocieron en un encuentro universitario y su intenso romance les hacía olvidar por un instante que uno de ellos no estaba solo, que otro amor esperaba a su regreso.
Fue entonces cuando un día él se despedía con lágrimas de triste resignación, mientras tarareaba a Milanés… “La prefiero compartida, antes que vaciar mi vida, no es perfecta, mas se acerca a lo que yo simplemente soñé…”.
Ambos tenían sus parejas a quienes querían profundamente, pero ¿cómo detener el deseo cuando la conexión parecía superar los límites de lo físico y los encuentros sucedían incluso en un campo etérico antes de la real fusión de sus cuerpos desnudos ungidos de placer?
Ante la imposibilidad de ser honestos con sus parejas, la distancia y el silencio fueron cómplices de un amor que no pudo ser.
El deseo se sentía en el ambiente. Dos amantes en silencio se miraban conscientes de que sus vidas ya tenían dueños, en medio de ellos un mismo ser, el esposo de ella y el amigo de él. Sucumbir a la tentación convertiría a los amantes en nefastos traidores.
Aun así, fue imposible contener el caudal de pasión y el anhelado encuentro sucedió, sin que la culpa se hiciera presente, pues la presunta víctima se encontró a si mismo contemplando cómo se amaban sus dos seres queridos.
No perdonarlo había impedido que fluyera naturalmente el amor en su vida. Si aquel ser amado había traicionado su confianza, ¿Qué podría esperar de cualquier otro ser? Incluso así, la ilusión de un amor honesto yacía en su corazón, que no perdía la esperanza de encontrar la fidelidad y volver a confiar.
Esa mañana, al despertar, eligió liberarse de toda atadura y perdonar a aquel hombre infiel que, aunque había traicionado la confianza de su madre, a ella le había dado la vida. Así comprendió lo necio que resulta cargar conflictos que no te pertenecen.
Nací en una familia de padres fieles, su ejemplo me inspiró desde muy niña. No fui mujer de muchos amores, solo dos hombres lograron mantener mi atención e interés por mucho tiempo, uno de ellos mi actual pareja, con quien tengo dos hijos y una linda familia. Le he sido fiel desde el principio, pero ¿cómo no serlo sí así fui educada?
Sin embargo, pasados unos años, alguien apareció removiendo con su presencia todo a su paso, me enamoré como nunca lo había hecho y finalmente no tuve otra opción que ser infiel… infiel a mí, por renunciar a mis más profundos deseos.
Soñaba con su perfección y, convencida de poder encontrarlo, jamás me conformé con quien a mi lado estaba.
No quería serle infiel, pero ¿cómo explicar que, de boca en boca y de cama en cama, alimentaba mi cuento de hadas?, ese en el que un beso de amor a un sapo transformaba.
De forma anónima si lo deseas, cuéntanos una de tus historias de infidelidad, este es tu espacio de comentarios. Las mejores, serán seleccionadas y publicadas en la siguiente edición del libro.
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